Para mi nena

Recién estrenado el día 2 de abril mi útero se contrae en un baile sin pausa. Es como un vendaval en el que las ráfagas de viento van y vienen con una fuerza incontrolada. Recorren mi cuerpo sin que pueda hacer otra cosa que rendirme a ellas, entregarme a cada una y dejarlas venir, ya que ellas son las que te traen a mis brazos. Mi cuerpo busca la postura en la que las encaja mejor, y sin ser consciente de cómo, se arrodilla ante cada una para dejarles paso. Entre una y otra me levanto, camino, y ya llega la siguiente ante la que me vuelvo a arrodillar. No sé cuánto tiempo pasa, ni que ocurre a mi alrededor, es cómo un estado de semiinconsciencia, cómo un trance. Estoy en la ducha, a ver si el agua apacigua el fuego, pero no hay forma de pararlo. Estamos solas, a la tenue luz de una vela con dulce olor a vainilla. Salgo de la bañera, me seco, y vamos a la cama, estoy muy cansada, tengo mucho sueño, me tumbo, me duermo, pero el vendaval continúa recorriendo mi cuerpo, elevándolo y haciendo que se arrodille. Salgo de la cama, vuelvo al baño, que bien huele,… me siento y me levanto con la calma y continúo arrodillándome con la tempestad, con la cabeza apoyada en el suelo. Así se pasa el tiempo, no sé cuánto, ni sé cómo, sólo me entrego dejando que pase. Llega un momento en el que mi cuerpo empuja, me gusta, me alivia, y sigo igual, de pie con la calma, en el suelo con la tempestad. Llevas un rato sin moverte, te acaricio, te hablo, “¿estás bien pequeña?, muévete por favor” papá también te acaricia. Vuelvo a arrodillarme, se rompe la bolsa, el líquido es claro ”agua blanca” dice papá, el huracán continua, te sigo acariciando mi pequeña, y te mueves y sé que estás bien. Empujo de rodillas, con la cara en el suelo. Me toco y no noto tú cabeza. Es muy intenso, “ayúdame cariño, por favor, sal ya,…”. Estoy empujando, llega la matrona, me pone la mano en la espalda, me gusta,…..se escucha tú corazón, estás bien, “esto es música” susurra papá,… y tanto que es música... Me levanto, viene otra, me acuclillo y empujo, noto cómo mi cuerpo se abre para hacerte paso. Me toco, y siento tú cabecita en mis dedos, “aquí está”,… viene otra, sigo en cuclillas, empujo, quema, quema mucho,…. con mi mano sobre tu cabeza te acompaño mientras vas saliendo muy despacito, muy despacito,… y la cabecita está fuera, que gusto, que alivio,… y la acaricio, es tan suave, una sensación maravillosa, poder acariciarte cuando todavía tu cuerpecito está dentro del mío. Mi cuerpo lo hace todo, no soy consciente de cómo van pasando las cosas. Seguimos a oscuras. Una de mis rodillas se apoya en el suelo, mi útero se contrae y tu cuerpo viene a mi, mis manos te sostienen, te desenredan el cordón, “mi bebé, mi pequeña” te coloco sobre mi pecho, aquí estás… por fin te abrazo, te siento, hueles tan bien,… y emites un sonido cómo saludando al mundo, no lloras, me ves con tus grandes ojos, un regalo, es como un sueño,… Estás tan calentita y tan suave,… Se para el tiempo, se para el mundo,… Así naciste mi amor, demostrándome que puedo dar vida:… la tuya.

Asistencia por matronas en Vigo, Pontevedra, Santiago, Ferrol, A Coruña,... y muchas otras localidades de la comunidad autónoma de Galicia.

Parir en casa no es para todos, si estáis pensando en ello como la mejor opción para vuestra familia, esperamos poder ayudaros.

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